sábado, 27 de abril de 2019

10 estrellas



El día anterior me habían aspirado los óvulos. Hoy la doctora debía informarme si habíamos logrado embriones. Estaba nerviosa y muy ansiosa. Pero debía disimular, porque estaba en una jornada de exposiciones de mi universidad. Y estaba también rodeada de colegas. miraba cada dos por tres el celular, esperando que llegara un mensaje de mi doctora, pero nada. No escribía. Pasaban las horas y ninguna noticia. Pasado el mediodía no aguanté más y le escribí yo. Al ratito me contestó.
Si! hay buenas noticias! 10 embriones!
Por un momento el mundo, mi mundo se me detuvo. Era mamá de 10. que no estaban conmigo, estaban a algunos km de distancia, custodiados en un laboratorio. Pero eran míos, mis bebés, mis hijos. Los 10. ¡Tenía 10 hijos! Yo creo firmemente que la vida comienza desde la concepción. No habían tenido la concepción en un acto de amor y pasión, como hubiera querido, como quisiéramos todas. Pero habían sido concebidos. 10 almitas, 10 personitas en su primer estadio de desarrollo me esperaban. Eran mis bebés. Son mis bebés. Sé que algún día, podré ver sus caritas. Los amé desde el mismo instante en que supe de su concepción. Los amo cada día de mi vida.
¿Cómo seguimos ahora doctora? Me dijo que esperaríamos unos días hasta que llegaran a blastocito y luego haríamos la transferencia.
Hasta el sexto día no abrirían la incubadora, así que llegué a la clínica esperando mi transferencia sin tener idea de qué había pasado con mis 10 bebés. ¿Seguirían con vida? ¿cómo habrían evolucionado? Yo los amaba, los amo a los 10, los quería a los 10 conmigo. Pero sabía que médicamente era imposible, que sólo transferirían uno o dos y los demás los congelarían para futuras transferencias. En mi inexperiencia nunca se me pasó por la cabeza que no sobrevivirían algunos. Pensé, ilusamente, que los 10 me esperarían. Hasta que estaba esperando, vestida para ir a quirófano de nuevo,que quizá no fuera así. Comencé a recordar caso que había leído, donde chicas a punto de ser transferidas, se encontraban con la tristísima noticia de que ningún embrión había sobrevivido. Y no me llamaban para transferir. Si no me llamaban, y la enfermera me decía que espere y espere... es porque algo, algo no muy bueno había pasado en el laboratorio.
No sé cuánto tiempo esperé, pero finalmente me hicieron pasar al quirófano, y ahí me tranquilicé un poco. Si me hacían pasar es porque había embriones para transferir. Ya estaba preparada en a camilla. Entró la doctora al quirófano y me saludó.
Tenemos un embrión excelente, blastocito AA, el que todas quisieran lograr. Y uno blastocito inicial. Vamos a transferir los dos.
¿Y los otros? qué pasó con los demás embriones?
Se han detenido, están malos, con las células aglutinadas... No entendí mucho lo que me quiso decir, pero me sentía feliz y muy triste al mismo tiempo. Tenía dos blastocitos, uno hermoso,el otro incial, pero blastocito al fin. Pero 8 de mis bebés se habían quedado en el camino. Los había perdido. Se me llenaron los ojos de lágrimas. Tenía dos bebés todavía. Había perdido 8. Perdónenme bebitos míos. Yo no quería que se fueran. Quería que se quedaran conmigo...
Ladoctora comenzó a limpiar bien la zona. Se sentía frío, y me dolió un poco. Puso el espéculo, y dejaron sólo una luz tenue. Me dijeron que mirara el monitor, mientras acercaban la cánula con los dos embrioncitos, mis bebitos, habcia mi aparato reproductor.
Mirá, que podés ver una lucecita cuando entre el líquido con el embrioncito, aquí va uno, y aquí va el otro...
Aún con los ojos llenos de lágrimas alcancé a verlos. Retiraron el espéculo y me llevaron nuevamente a la habitación. Había otra chica en la habitación, que también esperaba ser transferida, y con la que había charlado un poco anes que me llamaran a quirófano.
Entré con los ojos cerrados, no quería hablar en esos momentos, quería absorber todas las emociones que estaba sintiendo, felicidad, tristeza, esperanza...
Pero la chica a los pocos minutos me preguntó, ¿Y como fue?. Le conté brevemente que me transfirieron dos embriones, pero por suerte la llamaron a ella a quirófano y quedé sola por un momento. Luego entró mi mamá que había ido a acompañarme. Y a los pocos minutos la doctora. Me dijo algunas palabras de aliento y le pregunté si había chances con el embrión que era inicial.
Me repitió que el primer embrión era excelente, el que todas quisieran lograr, y que el otro también tenía chances, puesto que era un blasto. Luego puso sus manos en mi panza y les dijo a los embriones:
Y ustedes, quédense con mamá! Por un momento, quedé desorientada. ¿por qué le decía a los embriones que se quedaran con mi mamá? Al segundo caí en la cuenta que a "mamá" era yo. Yo era mamá. Tenía a mis dos hijos en mi panza. Sólo había que rezar mucho para que se quedaran conmigo y no se fueran al cielo también,con sus hermanitos. Comenzaba la famosa "betaespera"... Dentro de unos 10 días sabría si podía gritar al mundo ¡sí, se puede! o no...


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