Recuerdo, hace ya más de 6 años, participaba en un foro de preguntas y respuestas.
Había preguntas sobre poesía y literatura, medicina, matemáticas, entretenimiento, historia, y por su puesto salud sexual y reproductiva.
La pregunta más repetida era, obviamente, el de cientos de chicas que publicaban la famosa pregunta:
Estaré embarazada?????
Algunas lo preguntaban con motivos, pues habían tenido relaciones sin protección...
Otras preguntaban por gansas.... perdón si ofendo a alguien... pero eso pensaba... gansas....
Mi novio me dio beso con lengua por primera vez... estaré embarazada?
Mi perrito siempre tan dulce conmigo me gruñó cuando llegué de la casa de mi novio... estaré embarazada?
Me encontré un chupete en la calle... será una señal de que estoy embarazada?....
Mi sobrinito se hizo popó encima mío.... estaré embarazada?
Y la lista, interminable...
Por supuesto, muchas preguntas eran de chicas que efectivamente estaban buscando el embarazo.
Cuando una mujer busca el embarazo, se vuelve experta en detectar hasta el más mínimo síntoma, dolor, sensación distinto en nuestro cuerpo... Y cuando una siente cualquiera de esos "síntomas raros" en el cuerpo... por más que las probabilidades de embarazo sean mínimas (ya que sabes que los bichitos de tu pareja necesitan un GPS para llegar al óvulo, o porque tus ovarios se les dio por tomarse una siestita en vez de madurar los folículos) la pregunta es inevitable...
ESTARÉ EMBARAZADA? Será ese dolorcito o síntoma raro en mi cuerpo una señal de embarazo?
A lo largo de estos seis años de búsqueda yo he sentido todos, ABSOLUTAMENTE TODOS los síntomas que dicen las que han tenido la dicha de quedar embarazadas, sienten en las primeras semanas de embarazo...
Desde el típico atraso menstrual (que una vez se me prolongó hasta 2 meses y medio), dolores en los pechos, sensación de mamas más grandes, tirones en los pezones, venas muy marcadas, pinchazos de todo tipo y color en los ovarios y útero, flujo rosadito o marroncito antes del periodo que te hace ilusionar con una implantación, nauseas, antojos (siiiii antojos :D), asco a algunas comidas, mareos...
Tanta es la duda, que no puedes evitar hacerte un test de embarazo. Ves la cajita y te decís mil veces: "es una posibilidad en un millón que de positivo", "voy a malgastarlo, a tirar la plata", "me voy a arrepentir de haberlo desperdiciado en vez de guardarlo para el próximo mes". Pero es más fuerte que vos, te levantas a la mañana temprano y te haces el test... y obvio... NEGATIVO. Blanco nuclear. Ni por asomo una sombrita que prenda una pequeña luz de esperanza. Blanco, blanco completo. Creo que he visto muy pocas cosas en mi vida tan innegablemente blancas como el test de embarazo negativo.
Y como la Tía Roja todavía no aparece, te queda un atisbo de esperanza... "quizá lo hice muy pronto", "tendría que repetir el test en unos días".... pero el dolor en los ovarios y útero se va haciendo cada vez más intenso.... observas alguna manchita marrón que comienza a salir de tu cuerpo, y aún eres tan tonta que tratas de convencerte que ahora sí podría ser implantación... y de pronto eso que creías posible sangrado de implantación, va aumentando en cantidad... y se vuelve rojo... y zasssss menstruación llega a partirte el alma en dos una vez más.
En fin, que hoy sumo un test negativo más en mi vida... y van....
Dicen que los bebés vienen de un repollo, otros que los traen las cigüeñas, otros dicen que bajan de las estrellas y vienen a posarse en el vientre de las futuras mamás. Bueno, para las mujeres con diagnóstico de infertilidad, como yo, no nos es tan fácil. El repollo quizá se ha secado, la cigüeña perdió el camino, y las nubes tapan las estrellitas y por eso nuestros bebés no pueden alcanzarnos. Entonces yo decidí que voy a construir yo un caminito de estrellas que me lleve hacia mis bebés.
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